lunes, 8 de junio de 2009

Sin Censura


Ya tienes quince años, que pasaron frente a ti,
no te diste cuenta como pasó. Quince otoños en
donde hojas cayeron y murieron en el suelo de
la soledad, se da inicio a un nuevo mundo,
un mundo de vicios, que aparecen como fantasmas,
sentimientos terribles que por las noches no te
dejaban descansar, enciendes un cigarro y frente
a ti aparece un vaso de cerveza, el cual te llena
de seguridad, te vuelve loco. Te vez rodeado de
personajes que gritan sus miedos, otros destruidos
tirados en un rincón.
Conoces a nuevas personas, aparece ese sentimiento
que en ocasiones nunca quisiste conocer, porque te
traiciona. Arrastrado frente a ella confesando todo
lo que sientes, amor, si amor. El amor, un tipo
desagradable, ya que no puedes confiar en él,
condenado a siempre estar con junto a el. Muchos confían,
yo no. ¿Por qué? Porque en cualquier momento sentirás
un dolor en tu espalda, será una cuchilla que penetrará
hasta llegar a tu corazón, le diste tu vida, le dijiste
que era tu vida, regalaste tu amor, entregaste todo
¿en que me equivoque? En que entregaste todo, nunca
entregues todo, ya sabes lo que pasará. Después de eso
ya no confiarás en el amor, confiarás en las botellas
de ron que te brindarán mucho más calor y no te
entregarán noches falsas de pasión. Triste, sin duda
alguna que es terrible, pero dicen que son etapas
de la adolescencia, un amor inmaduro, que solo tendrá
sentido por un instante. Pero ¿como evito sufrir?
Si lo supiéramos, te aseguro que todo sería demasiado
aburrido y sin sentido, porque nadie se arriesgaría a
sufrir no existiría el amor, por ello es admirable como
el hombre arriesga, suplica amor, pide enceguecido que
ella lo quiera, después de la batalla el tipo espera
su recompensa.
Podríamos estar discutiendo toda la vida sobre el amor,
solo digo que es una etapa que no terminara jamás,
ya que la vida tiene sentido gracias al amor, al que odias,
pero rápidamente vuelves a querer, porque te dio la tan
esperada y anhelada recompensa.
Con el pasar del tiempo te empiezas a cuestionar muchas
de las cosas que haces o suceden, es en ese instante
cuando comienzas a poner en jaque tu vida, se da inicio
a las preguntas que terminan desmotivándote, tales como;
¿Para que hago esto si terminará? Es sin duda una
pregunta simple, pero demasiado profunda, esto me recuerda
a Darwin y su teoría “el ser más fuerte sobrevive”,
puede que tenga razón, ya que si no eres fuerte no tendrás
el valor para seguir. Pero, ¿Por qué se esconde o desaparece
la motivación? ¿Es otra etapa de la adolescencia?
Puede que sea otra de las tantas complejas y tristes
etapas de la adolescencia, pero la vida continua o
debería continuar. Que mejor que citar a Walt Whitman
y decir: “¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida! de sus preguntas que
vuelven, del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios, de mí mismo, que me
reprocho siempre pues, ¿quién es más necio que yo, ni más desleal?,
¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que vuelve ¿qué de bueno
hay en medio de estas cosas, Oh, mi yo, Oh, vida?”
Para que la motivación vuelva debes ser perseverante,
debes recordar cuando eras pequeño y nada te detenía
para conseguir tu objetivo, sin duda no será fácil,
pero que mejor que aferrarte a las personas que amas
y siempre estarán para poner su hombro, en esos
momentos de mayor angustia en donde las lagrimas
sean tu más fiel enemigo, la familia.

3 comentarios:

  1. shaa peluza loko
    de pelos loko la jadio a me llego viejo, me llego jejej
    sigue asi peluza XD

    ResponderEliminar
  2. Buenas palabras niko ;)
    Desde el fondo washo, al final, los de uno, siempreestan con uno
    Saludos ;)

    ResponderEliminar
  3. no puedo comentartee! me agrada tu blog, grata sorpresa nico :)

    ResponderEliminar